Regreso a casa-Coming home

El esclavo sabía muy bien lo que debía hacer. No era la primera vez que su Ama salía por las noches y tenía muy claro lo que Ella esperaba a su regreso.

Sentía algún tipo de celos y no podía negarlo pero al mismo tiempo lo asumía como el soldado que siente miedo en la guerra, podía controlarlo y sobrellevar la situación que como sumiso lo excitaba terriblemente.

Saber que su Ama estaba cenando y disfrutando de una salida con un amigo, vestida de manera infartante y mostrando al mundo su potencial como Mujer atractiva mientras el quedaba en casa involucrado en tareas hogareñas lo hacía sentir más esclavo que nunca y era para él la prueba concreta que debería soportar lo que fuera por servir a su Dueña. Después de todo no era su amante, solo era su esclavo.

Rápidamente se organizo, puso en marcha el lavarropas y mientras la maquina hacia su trabajo se dispuso a lavar los platos y acomodar la cocina para luego pasar a la habitación de su Ama. Esto le llevaría el tiempo justo para luego retirar la ropa, ponerla a secar y planchar todo lo que así lo requiriera. 

Mientras el secarropas estuviera en marcha lavaría a mano la ropa interior de la Señora, tarea para la cual se requería de cierta técnica especial para no arruinar la suavidad que la caracterizaba y en la cual el sumiso ponía todo de si.

Así se puso a trabajar. Con dedicación increíble limpio las ollas dejándolas relucientes como a su Ama le gustaba, acomodo todo en la cocina y subió a la habitación de su Dueña para hacer su tarea. Prolijamente hizo la cama con sabanas de raso rojas y acomodo las almohadas para asegurar el sueño de la Mujer que lo dominaba una vez que regresara a casa exhausta luego de una noche que estaba seguro seria movida y cargada de placer. Todo lo hacía con la dedicación que solo un verdadero esclavo tendría, todo quedo a la perfección y al gusto de su Ama.

Mientras planchaba pensaba en cómo había llegado a esta situación, dominado y sometido por la Mujer a la que amaba que lo dejaba en casa mientras salía a disfrutar con un amigo…sin embargo no podía sentirse más feliz aun cuando pocos lo comprenderían.

Sabía que haría lo que fuera por Ella y la situación en la que se encontraba así lo demostraba claramente. Más aun, la excitación que sentía se reflejaba bajo su tanguita blanca la que usaba solo por expresa directiva de su Dueña.

El trabajo era mucho pero finalmente, casi sin darse cuenta, el esclavo debió preparar el café para su Ama y se postro cerca de la puerta a la espera de su arribo. Estaba ansioso, deseaba recibirla como Ella merecía, adorando sus pies y ofreciéndole un café que disfrutaría mientras el mostraba su entrega.

No tardo en escuchar que su Dueña llegaba y se postro frente a la puerta tal como Ella deseaba. La espera había llegado a su fin.

The slave was well aware about the tasks he had to carry on. This was not the first time his Mistress was dating and She had been clear enough about what her expectations were.


He was somewhat jealous but, just like a soldier in the war that keeps his fear under control he was able to carry on with this exciting situation.


Being aware of the fact that his Mistress was having dinner and enjoying a date with a real man, dressed to kill and showing everyone Her deity while he was at home doing domestic cores was a way to feel more slavish than ever and the ultimate evidence that he had to bear the unbearable in order to serve his Owner. After all, he was not Her partner, he was just Her slave.


In just a few moments he made a plan, he started the washing machine, and while the device was doing its job he engaged in doing the washing up and get everything in the kitchen tidy just to clean his Mistress room after that. Then it was the ironing and hand washing his Mistress lingerie, a task that required full attention.


He put his hands on. With full commitment he washed the pots getting them as shiny as his Mistress wanted, leave everything in the right place and walked into his Owners room in order to vacuum the floor and made the bed. He was convinced that his Mistress would come back exhausted after a busy and pleasant evening and made every effort in order to make sure his Mistress had a comfortable rest.


While ironing he realized the way he had gone thru to reach the current situation, dominated by a Woman whom he loved, at home while She was in a date …but he was as happy as ever. He could do anything for Her, and his excitement was clearly reflected under the small thong he was wearing as ordered by his Mistress.


The cores meant a hard work but eventually the clock showed it was time to get the coffee ready for his Mistress as She was about to come back. He was anxious waiting for the Lady to come back. He was eager to adore Her and show his devotion for his Mistress.


After a while he realized his Mistress was about to arrive and kneeled by the door. Waiting time was over…



This tale may be real....
Este relato podria ser real

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