Ajustando Detalles

Vivir al servicio de la Reina 24/7 resulta una experiencia enloquecedora, llena de vivencias diarias en las cuales se produce día a día el maravilloso momento mágico de sentirse sometido y completamente dominado al servicio de semejante Mujer.

Desde luego, en algunas ocasiones, para poder cumplir con los deseos más caprichosos de la Divina Reina Claude, siento que llego al límite de lo que cualquier hombre puede soportar, antes de entrar en un estado de locura del cual creo no poder regresar.

Es más, si hoy me preguntaran cómo me veo en la vejez, la imagen que tengo de mí mismo es encerrado en un cuarto, atado o con un chaleco de fuerza y repitiendo una y otra vez "Amo a mi Ama"... en fin, el tiempo dirá...

Ahora bien, voy a detallar esta última experiencia tratando de recordar la mayor cantidad de detalles posibles. La Divina Ama Claude suele asistir a las reuniones organizadas por las Sras. de SOLO AMAS, y si bien en la mayoría de las veces elige ir acompañada por marce{CLD}, su esclavo part-time, en ocasión de la reunión efectuada en Marzo pasado, decidió llevarme como su mascota personal.

A una semana del evento me comunicó la decisión aclarándome algunos puntos preparatorios para dicha reunión. Solo la manera de darme el instructivo era similar a una imagen de Nanshask, ella parada con unas botas de taco alto,  una pollera mini y una remera ajustada lo que era de por sí una imagen movilizadora. Yo completaba la escena de rodillas, completamente desnudo con la cabeza hacia abajo, listo a escuchar, mientras Ella decia con voz firme, sensual y autoritaria a la vez:

-"En una semana serás mi mascota en la reunión de SOLO AMAS, al ser mi esclavo 24/7 tendrás que estar a la altura, y tenemos algunos detalles que ajustar para dicho evento"

Desde luego contesté, "Sí Ama"

continuó:

-"En primer lugar te veo demasiado gordo para ser un esclavo, así que comerás una sola vez al día, aprovechá bien tu comida del mediodía ya que la cena para vos, en esta semana,  ha dejado de existir"

Percibí en su risa del final un toque de perversión, solo respondí "Sí Ama"

-"En segundo término, tu cuerpo luce demasiado blanco, tendré que trabajar en marcarlo como corresponde. A partir de hoy, luego de finalizar con tus tareas, vendrás a mi habitación, pasarás aquí gran parte de la noche, ya verás lo que tengo preparado"

"Sí Ama" dije entre excitado y asustado a la vez...

Prosiguió: " Desde luego no te masturbaras y nada de hacerlo dormido o en algún baño de un bar, te queda totalmente prohibido eyacular una solo gota hasta nueva orden, ¿está claro?" rugió con una voz fuerte y poderosa, nuevamente solo atiné a responder "Sí Ama", esta vez ya con cierta erección producto obviamente de la situación.

Demás está decir con la ansiedad que viví esas horas hasta llegar la noche, mi corazón latía fuerte, creo que batí un récord al realizar las tareas domésticas con tanta premura (lavé platos, limpié baños y cocina, lavé y colgué ropa) solo quería ingresar a la suite de la Reina y que ella se apoderara de mí.

Pedí permiso para ingresar, luego de unos segundos se escuchó "Podés pasar", la imagen que vieron mis ojos al entrar me enloquecieron, ahí estaba la Diosa, sentada en la cama, recostada sobre el espaldar, leyendo uno de sus libros preferidos, lucía unas botas muy altas con unos tacos que impresionaban de solo verlos, también vestía uno de sus camisolines de raso muy corto, sin mirarme me indicó con su mano que me acostara a la altura de sus piernas,  apenas me recosté y sus tacos comenzaron a viajar por mi espalda, en un ida y vuelta que parecía no terminar nunca, jamás dejó de leer, jamás miró lo que estaba haciendo, al cabo de un tiempo concluyó, dejó su lectura sobre la mesa de luz y se levantó en busca de algo, escuché y aún los oigo en mi cabeza, sus tacos andar por la suite.

Al volver solo dijo " Parate y contá", la vara parecía flexible y se estrelló contra mi cuerpo por diez veces, luego ató una de mis manos a uno de los barrotes del respaldo de la cama, se acostó, estudié noche a noche cada uno de sus movimientos antes de dormirse, los mismos aparecen en mi cabeza una y otra vez.

Así al cabo de siete largos días, llegué a la reunión vestido solo con el bóxer blanco y luciendo un cuerpo "más esclavizado, más sometido, en fin, más digno de ser el afortunado esclavo al que le permito vivir a mi lado, o ¿no es así? " concluyó, la miré absorto y justo antes que nos abrieran la puerta del lugar, respondí "claro que sí mi Ama".

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