Roma 011-Capitulo Final

Todo había pasado, una noche en la que nuestra adorada Ama Claude había brillado como nunca y sus esclavos habamos debido ser muy eficientes y esforzados para satisfacer cada una de los deseos que su perversión habían marcado.

Casi sin querer me desperté bajo la escalera, atado, con una minúscula tanguita que me apretaba los atributos masculinos y con las manos atadas.

Estaba todo entumecido por la posición a la que estaba sometido dado el escaso lugar y no entendía que había pasado. Alcance a ver a marce{CLD} que estaba allí, a mi lado aunque despierto.

Mi actitud debía ser muy de perdido ya que sin siquiera preguntarle me dijo que nuestra Ama Claude nos había puesto allí varias horas atrás y que se había llevado a robotino{CLD} a su habitación para usarlo como consolador humano dejándonos a ambos allí a la espera.

Recién entonces caí en la cuenta que todo había sido un sueño, un maravilloso y muy intenso sueño que deseaba fuera una realidad aunque lo que estaba viviendo, y era bien valido en ese momento, había sido un sueño que una vez pensé inalcanzable.

Pasaron solo algunos minutos cuando robotino{CLD} abrio la puerta del lugar y escuchamos a Ama Claude decirnos que saliéramos lo cual hicimos de inmediato para adorar sus maravillosos pies.

Ella vestía solo una bata de raso roja y verla allí, tan majestuosa con robotino {CLD} rendido a sus pies era algo sencillamente irresistible.

Mientras lamia con toda mi fuerza los pies de mi Ama pensaba en lo afortunado que me sentía por pertenecer a semejante Domina y que haría lo que fuera por seguir gozando de ese privilegio.

No tardo nuestra Ama en pedirnos una ofrenda a cada uno y así, una vez mas, entregue mi tesoro para regocijo de mi Dueña sabiendo que nada tendría sentido si no fuera para que su vida fuera mas fácil y placentera para siempre.