Cuenta la leyenda que al principio del mundo un hombre aburrido de la monotonía de sus días rogó a los Dioses que le concedieran un deseo, tanto imploro, rezo y rogó que los Dioses finalmente escucharon su demanda la cual consistía en que necesitaba lago que sacudiera su abulia, despertase todos sus sentidos y lo hiciese sentir plenamente vivo. Entonces los Dioses tomaron la redondez de la Luna, las suaves curvas de las olas, la adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la esbeltez de la palmera, el tinte de las flores, la inconstancia del viento, la frescura de la lluvia, la embriaguez del vino, la belleza de una rosa, la agresividad de las espinas, la vanidad del pavo real, la dureza del diamante, el brillo del oro, el ardor del fuego, la frialdad de la nieve, el misterio de las estrellas, la seducción de la sirena y la salvaje naturaleza del tigre. Luego de formar tan desiguales ingredientes quedo formada una Ama y le entregaron al hombre para que lo domine. Poc...